Bienvenidos al blog del PML, el
Partido Madrileño de Liberación
Este blog ofrece información acerca del PML, el Partido Madrileño de Liberación. Además de presentar nuestro partido, encontrarás información acerca de la Historia de Madrid, el Nacionalismo Madrileño, la Cultura Madrileña y noticias de actualidad de nuestro país.
Este blog ofrece información acerca del PML, el Partido Madrileño de Liberación. Además de presentar nuestro partido, encontrarás información acerca de la Historia de Madrid, el Nacionalismo Madrileño, la Cultura Madrileña y noticias de actualidad de nuestro país.
Historia de una ocupación
El Pueblo madrileño sufre de forma injusta y cruel la opresión y ocupación española desde hace siglos. Sin embargo, el propio vigor de la cultura y el hecho diferencial madrileños han permitido la pervivencia de nuestros valores ancestrales, aunque en la actualidad éstos se encuentren seriamente amenazados.
La historia de la Tierra de Madrid ofrece abundantes ejemplos en que los derechos legítimos del pueblo madrileño son conculcados por segovianos, abulenses, toledanos y pobladores de otras regiones ibéricas colindantes. Significativos son los intentos por parte de los segovianos de arrebatar al pueblo madrileño la zona del Real de Manzanares durante los siglos XIII y XIV, impulsados por la política expansionista del clero y el concejo de Segovia. O la ocupación que el Arzobispado de Toledo ejerce sobre diversas áreas del oriente madrileño durante un largo periodo de tiempo, apoderándose de Alcalá y Aranjuez entre otras localidades.
En el siglo XI Madrid fue incorporado a la Corona de Castilla, tras su conquista por Alfonso VI de León y Castilla en 1083. La ciudad y su alfoz quedaron integrados en el reino de Castilla como territorios de realengo. La ciudad recibe el título de villa en 1123. Por aquel entonces el gobierno de la ciudad recaía en todos los madrileños con el rango de vecinos, reunidos en concejo abierto hasta que en 1346, el rey Alfonso XI en un ataque contra el pueblo madrileño implanta el regimiento, en el cual ya sólo representantes de la oligarquía, los regidores, gobiernan la ciudad.
El largo camino hacia la defensa de su personalidad y sus derechos territoriales
los inicia Madrid en 1202, en que consigue de Alfonso VIII la concesión del
Fuero Viejo. Es más tarde, en 1262, que es promulgado por Alfonso X el Fuero
Real que ratifica el carácter de realengo de la villa. El Fuero Real es
ratificado por Alfonso XI en 1339, desarrollándolo a lo largo de 109 capítulos,
y Madrid se constituye como concejo. Es entonces cuando la presión de diversos
señores feudales españoles se hace sentir, en un intento por arrebatar la
libertad del pueblo madrileño. Tras el asesinato de Pedro I por parte de los
partidarios de Enrique de Trastámara, éste último cede contra la voluntad del
pueblo madrileño diversas zonas de Madrid a aquellos nobles que le han apoyado
en la contienda: Torrejón es entregado a Pedro Álvarez de Toledo, mientras
Alcobendas, Barajas y Cobeña eran cedidas a Pedro González de Mendoza en 1369,
que también acabaría recibiendo el Real de Manzanares.
Esta cadena de injusticias se lleva al extremo cuando
cuando Juan I concede la propia villa de Madrid con sus rentas a León V de
Armenia. La fuerte oposición desatada entre los madrileños obligó a Juan I el 12
de octubre de 1383 a asegurarles que tal cesión del señorío sólo sería durante
la vida de León V de Armenia. En 1391 las Cortes reunidas en Madrid bajo el
reinado de Enrique III, y bajo la presión de los madrileños, una vez muerto León
V, consiguieron la revocación del señorío, a cambio de lo cual Enrique III
obtuvo las rentas adjudicadas a León V y el sitio de El Pardo como residencia
real y coto de caza. El abuso del pueblo madrileño prosigue, pero no sin que
éste presente una resistencia decidida. Es así como, cuando en 1470 Enrique IV
pretendió enajenar algunos dominios de Madrid, la respuesta del concejo fue
tajante, oponiéndose el 21 de agosto de 1470 el concejo en pleno a cualquier
enajenación: "en que en esta dicha villa nin en sus terminos e lugares e
jurisdicciones e propios nin parte dellos sea enagenado en ninguna persona que
sea por título de donación nin merced nin satisfación nin mención nin por otro
título".
La falta de respeto por los derechos del pueblo de Madrid manifestada
por los monarcas españoles al ceder diversas partes de su territorio a
diferentes nobles extranjeros, se muestra también en la voracidad de los reyes
ante los recursos forestales y cinegéticos de nuestra tierra. Tras apoderarse
del monte del Pardo los funcionarios reales intentan durante los siglos
siguientes arrebatar al concejo la Dehesa de la Villa, pero aquél se defiende
con firmeza y frustra los designios reales.
En 1520 durante la Guerra de las
Comunidades, a la cabeza de su regidor Juan de Zapata, Madrid se une a la
sublevación contra Carlos I y el Estado Español, pero tras la derrota de los
comuneros en Villalar, la villa es asediada y ocupada por las tropas reales.
Sin embargo, el momento que marca el desastre para la libertad del pueblo
madrileño no tarda en producirse: en 1561 Felipe II decide trasladar de manera
definitiva la corte a Madrid. Desde entonces, Madrid sufre las consecuencias del
nefasto sistema político que los monarcas invasores y sus cortesanos establecen
en su territorio, impidiendo el desenvolvimiento del pueblo madrileño.
A la burocracia real, a los miembros de la corte y todas las personas necesarias
para su sustento, se unen desheredados y buscavidas de todo el Imperio del
estado español. Efectivamente, la monarquía y su funcionariado y la aristocracia tejen una red
de dependencias y subordinaciones, que pretenden limitar las posibilidades de
desarrollo económico político y social del pueblo oprimido, previniendo de esta
forma la rebelión. Es significativo que, a la altura de 1757, entre la nobleza
propietaria y la Administración Real se concentraba el 58,94 % de la
renta. El pueblo madrileño se ve de esta forma sumido en la miseria y limitado a
satisfacer sus necesidades más elementales, mientras observa cómo otras ciudades
como Barcelona o Lyón se encuentran en condiciones de alcanzar nuevas etapas en
su crecimiento económico.
La Constitución de 1812 es la que marca un
punto de inflexión en la decadencia española por que es el Liberalismo bajo el
que se inspira el que barre de un plumazo a pueblos enteros, leyes, fueros y
tradiciones y refunda el Estado Español bajo un falso prisma.
En 1833, bajo el reinado de Isabel II, Javier de Burgos establece sin
consentimiento del pueblo los nuevos límites de la provincia de Madrid. Bajo
esta nueva división administrativa, aunque se recuperan algunos territorios
anteriormente ocupados por Guadalajara (Buitrago, Bustarviejo y el valle de
Lozoya), otros ocupados por Toledo (Aranjuez, Colmenar de Oreja, etc) y otros en
manos de Ávila (términos de Valdepelayos y Valdequemada), se desposee al país de
los términos municipales de Casarrubios, Esquivias, Méntrida, Seseña y Torre de
Esteban Ambrán (que son anexionados por Toledo) y de la comarca de Zorita (que
ocupa Guadalajara).
La ocupación de Madrid llega hasta nuestros días, habiéndose visto nuestro país implicado en acontecimientos del estado español que en nada importan de verdad a los madrileños. Así, Madrid ha formado parte involuntaria de la Guerra Civil Española, conflicto extranjero en el que, sin embargo, la ciudad sufrió una terrible destrucción. La dictadura del general gallego Francisco Franco supuso también una época nefasta para Madrid, al igual que los sucesivos gobiernos que han formado parte de la supuesta democracia que padecemos. Es así como hemos sido gobernados por abulenses (A. Suárez), andaluces (F. González) , vallisoletanos (J. M. Aznar), leoneses (J.R Zapatero) y gallegos (M. Rajoy) , que no respetan las necesidades de nuestro pueblo y sus legítimas aspiraciones de libertad.
La ocupación de Madrid llega hasta nuestros días, habiéndose visto nuestro país implicado en acontecimientos del estado español que en nada importan de verdad a los madrileños. Así, Madrid ha formado parte involuntaria de la Guerra Civil Española, conflicto extranjero en el que, sin embargo, la ciudad sufrió una terrible destrucción. La dictadura del general gallego Francisco Franco supuso también una época nefasta para Madrid, al igual que los sucesivos gobiernos que han formado parte de la supuesta democracia que padecemos. Es así como hemos sido gobernados por abulenses (A. Suárez), andaluces (F. González) , vallisoletanos (J. M. Aznar), leoneses (J.R Zapatero) y gallegos (M. Rajoy) , que no respetan las necesidades de nuestro pueblo y sus legítimas aspiraciones de libertad.
Agravios actuales
Prosiguiendo con el tradicional abuso que sufrimos los madrileños por parte de los españoles, los desmanes no han terminado: hoy día aguantamos a los aceituneros jienenses, a los mineros asturianos y del Bierzo, a los ganaderos manchegos y a los pagesos catalanes en nuestras calles: la Castellana llena de tractores, Atocha atascada por piaras de cerdos o rebaños de ovejas, Arzalluz con el Guernica... ¿por qué hemos de aguantar tanta humillación? ¿por qué hemos de soportar sus estúpidas reivindicaciones? Si bien el pueblo madrileño respeta a otros integrantes del Estado español, no hay razón por la que debamos seguir aguantando en nuestras calles sus reclamaciones, sean justas o no.
Este trato despreciativo es propiciado por el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid, impuesto al pueblo madrileño y que no recoge sus aspiraciones y derechos. Emanado del estatuto, sufrimos al gobierno actual de la Comunidad de Madrid, que permite e incluso promueve la destrucción del medio ambiente madrileño mediante la construcción de infraestructuras ferroviarias o viales (AVE, nuevas autovías) que sólo sirven para beneficiar a otros a costa de arrebatarnos nuestra herencia secular.
Al mismo tiempo, sepultados por sevillanas, aizkolararis, bertsolaris, sardanas, gaitas y otras gaitas, los madrileños vemos cómo desaparece nuestro valioso acervo cultural. El chotis y la zarzuela como expresiones musicales, el organillo, los barquillos, los chulapos y chulapas...
Objetivos del PML
El PML (Partido
Madrileño de Liberación) nace en 1997 ante la constatación por un grupo de
jóvenes patriotas de las vejaciones a las que es sometida la nación madrileña
por parte del estado español. Ante la inexistencia por aquel entonces de un
grupo político que defendiera los derechos de nuestro pueblo, estos valientes y
decididos muchachos optan por fundarlo ellos mismos. Desde aquel momento, el PML
lucha por la identidad del Pueblo madrileño, sus instituciones tradicionales y
su cultura, y busca a medio plazo la autodeterminación de Madrid, como único
medio para alcanzar todos estos fines. Como forma de ir avanzando hacia este
objetivo, Madrid deberá ir asumiendo progresivamente mayores cotas de
autogobierno hasta alcanzar la independencia política plena. Así, exigimos de
forma inmediata la transferencia del 100% del IRPF, la creación de una policía
autonómica (basada, por ejemplo, en la Ertzaintza), la enseñanza de nuestro
idioma patrio, el Cheli, en todas las escuelas, etc. Entendemos que Madrid es
una Comunidad Nacional cuya Soberanía reside en el Pueblo Madrileño de forma
irrenunciable, y que debe andar los pasos necesarios para conseguir la Libre
Determinación. El PML es, además de nacionalista e independentista, un partido
tradicionalista-conservacionista que está dispuesto a levantar este país y
conseguir, con ayuda del Pueblo, que todo madrileño pueda decidir su futuro en
una comunidad libre.
Nuestra Lucha
El PML propugna las formas pacíficas de lucha, incluyendo el ciberactivismo, el reparto de octavillas en la Verbena de la Paloma y otras actividades, aunque comprende (sin justificarlas) las explosiones de violencia que se producen esporádicamente entre ciertos patriotas sometidos a la más cruel represión por el simple hecho de tener ideales nacionalistas madrileños. La única forma de acabar con tanto sufrimiento es la negociación y el reconocimiento por parte del Estado español de los derechos históricos del Pueblo madrileño a marcar su propio camino.
La hora de la libertad ya está cerca
Cultura Madrileña
La cultura madrileña hunde sus raíces en la historia, a pesar de los continuos intentos por destruirla. El carácter y el espíritu madrileños vienen simbolizados por el escudo con "la osa y el madroño": mientras que la Osa presenta el valor, la fuerza y la defensa de la familia a toda costa, el Madroño hace referencia a la resistencia a las condiciones adversas y a la capacidad de fructificar a pesar de todas las adversidades, características todas ellas del Pueblo madrileño.
Dentro de la música encontramos las más variadas expresiones artísticas, desde las posibilidades más populares (el chotis, nuestra danza popular; el organillo, instrumento equiparable a la txalaparta vasca, si no es superior) a las más cultas (la zarzuela: "Agua, azucarillos y aguardiente", "La Verbena de la Paloma"). La gastronomía, famosa universalmente, incluye los "callos a la madrileña" y el "cocido madrileño".
Otros aspectos identificativos del madrileño
Otros de los aspectos bajo estudio son el perímetro craneal madrileño, el Coeficiente Intelectual, el RH sanguíneo, la longitud del pene y tamaño de las glándulas mamarias, y otros valiosos indicadores raciales.
Demografía
El Partido Madrileño de Liberación apoya
las tesis de la ONU manifestadas en la "Resolución aprobada por la Asamblea
General S-25/2. Declaración sobre las ciudades y otros asentamientos humanos en
el nuevo milenio", asi como las de la Unión Europea al respecto.
Como exponemos más detalladamente en el
apartado " Demografia " , las resoluciones de organismos internacionales amparan
nuestra política de urbanismo y demográfica. Es evidente que actualmente Madrid
es una región saturada, especialmente el municipio de Madrid. Atascos,
contaminación, transporte publico abarrotado, sanidad que no da a basto,
hospitales sin camas, altas tasa de desempleo, universidades saturadas, colas por doquier... estos son algunos de los síntomas que
reflejan que en Madrid hay un exceso de población.
El Municipio de Madrid
ronda los 3.300.000 habitantes, la población del área metropolitana llega a los
6.500.000 y en toda la región se estima que viven 7.100.000 personas. El
incremento de población principal se produjo durante el franquismo, entre 1940 y
1970, en que se triplicó su número de habitantes, no por una mayor natalidad,
sino por la inmigración proveniente de personas del Estado Español, amparado por
las autoridades de la época, y que contribuyeron a diluir la importancia de los madrileños autóctonos. En décadas recientes, desde 1990 esta inmigración ibérica
interior ha sido en parte sustituida por inmigración extra-peninsular, amparada
igualmente por las autoridades democráticas del Estado Español y que han
contribuido también a diluir el peso del pueblo madrileño en su propio país,
además de generar otro tipo de problemas como delincuencia, hacinamiento,
inseguridad, saturación de los servicios sociales y la educación pública, etc.
Este hecho de que Madrid es una región
saturada se puede comprobar durante el mes de agosto, mes durante el cual muchos
habitantes abandonan nuestro país y el municipio de Madrid se libera de los atascos, colas y
demás efectos adversos de la sobrepoblación, convirtiéndose durante apenas un
mes en un lugar donde es agradable transitar y donde se refleja como seria la
ciudad sin este exceso de gente.
Por ello el PML plantea como medida
urgente la toma de medidas para regular la población actual que reside en los
territorios que conforman nuestra Nación. Por ello propone que en un plazo de 5
años abandonen nuestro país todos aquellos que no puedan acreditar que han
nacido en Madrid y que tienen los cuatro abuelos nacidos en Madrid, requisito
este que establecemos, recuperando una antigua tradición, para demostrar la
nacionalidad madrileña.
Todos los que no reúnan estos requisitos deberán
establecerse en otros lugares fuera de las fronteras de nuestra nación, excepto
aquellas personas, que no teniendo cuatro abuelos de Madrid, o que aun
teniéndolos no hayan nacido en nuestros territorios, se hayan significado
especialmente en la defensa de la identidad y cultura madrileñas frente a la
opresión del Estado Español. Solo así el Pueblo Madrileño podrá recuperar su
verdadera esencia, libre de influencias extranjeras, y desarrollar su camino en
libertad.
Desde el PLM propugnamos que Madrid deje
de ser la capital del Estado Español y que la misma se traslade a otra
localidad fuera de nuestras fronteras historicas, nos es indiferente a cual, junto a su Congreso de los Diputados
del Estado Español, el Senado del Estado Español, Ministerios, organismos
oficiales, cuarteles y bases militares, y las diversas residencias del Presidente del Gobierno Español y del
Rey del Reino del Estado Español y otras autoridades.
El carácter del capital
del Estado Español fue impuesto por Felipe II al pueblo madrileño sin que este
fuese jamás consultado, y consideramos el 12 de febrero de 1561 como la fecha más
aciaga en la historia de Madrid, pues desde entonces todos los males derivados
de la ocupación española y del gobierno de monarcas extranjeros se agravaron exponencialmente y solo librándonos de la
capitalidad y desarrollando un Estado Libre Madrileño podremos contrarrestar la
nefasta influencia española que durante siglos ha tenido que sufrir nuestro
pueblo.



No hay comentarios:
Publicar un comentario
Danos tu opinión